Presentación mundial del folletin inédito en dos capitulos.
EL MISTERIO DE WADDESDON MANOR
(Una historia inglesa)
Chapter one
Cuando sonó el teléfono aquella mañana del mes de diciembre en mi destartalada oficina, salté mecánicamente de la silla. Hacía meses que no me encargaban trabajo alguno y mi economía empezaba a resentirse.
Después de cruzar algunas palabras con una voz femenina que llegaba del otro lado del hilo telefónico, llegamos a un acuerdo. Colgué el auricular y me dirigí presto al lugar convenido: la vieja Waddesdon Manor.
Al parecer se había cometido un crimen y yo era el elegido para desenmarañar el enigma. Tras golpear la ciclópea puerta de madera que daba acceso a la mansión, ésta se abrió dejando ver a una criada la cual me recibió con una bonita sonrisa al tiempo que me invitaba a pasar.
-Señor Lobo, le estábamos esperando, pase y siéntese. ¿Le apetece tomar alguna cosa?-.
Di de lado el ofrecimiento con un vaivén de la mano y la criada desapareció por una de las numerosas puertas que desde mi posición se adivinaban.
Transcurridos unos minutos, entró en la estancia Lady Margaret Chesterton, propietaria de la finca y administradora de la extensísima fortuna Waddesdon. Intenté, sin éxito, levantarme a saludarla pero ella, con un vaivén de la mano, me lo impidió.
-No hace falta que se moleste, señor Lobo, creo que sobran los formalismos-
A continuación tomó asiento frente a mí y me puso al corriente de los acontecimientos ocurridos en la noche anterior.
-Verá usted señor Lobo…-.
-Puede llamarme Charly, le informe, es mi nombre-.
-Esta bien- aceptó arqueando las cejas hacia a bajo.
-Pues verá anoche, alrededor de las 23:30 horas, antes que la servidumbre apagase las luces y se marchara a sus habitaciones, una de las criadas pasó por la cocina a darle a la cocinera la minuta del menú del día siguiente, o sea hoy- puntualizó-y encontró para su estupor el cadáver de la licuadora que yacía en el suelo electrocutada.
-Perdone un momento-rogué, levantando una mano a la altura de mi línea de visión.
-¿Electrocutada?-.
-Bueno, al menos eso es lo que parece a juzgar por su aspecto, está toda negra-replicó Lady Chesterton pellizcándose el vestido que llevaba de ese mismo color.
Por otra parte esta mañana a primera hora, Andrew, el jardinero, me informó que encontró el diferencial del fluido eléctrico a 380 voltios, cuando siempre está a 220.
-¿Dónde se encuentran los diferenciales?-pregunté.
-En la caseta del jardín, cerca del estanque-.
-¿Puedo echarles un vistazo?-
-Of course-convino la Lady en un perfecto inglés de la capital.
Durante el trayecto a la caseta de los diferenciales que controlaban toda la iluminación de la mansión pregunté dónde se hallaba la cocinera cuando la criada pasó a la cocina la noche de autos.
-Cordelia se encontraba en mi habitación pues antes de dormir siempre tomo un zumo de naranja-.
Efectivamente, el diferencial se encontraba en la posición ‘’380 v’’.
-¿Quién tiene acceso a las llaves de la caseta?-indagué.
-Andrew, una que se encuentra en la cocina por si hubiese algún corte que la misma cocinera o en su defecto alguien del servicio lo subsane y otra que poseo yo-contestó Lady Chesterton moviendo los músculos necesarios de su cara.
Debajo del cuadro de luces se podían observar unas manchas a las que no les dí importancia, más retirado, en un rincón se hallaban unos barriles de gasóleo para calefacción y alguna que otra inevitable tela de araña dispersa por la techumbre.
Después de la infructuosa visita a la caseta, pedí a Lady Chesterton que me dejase entrevistarme con el servicio de la casa, accediendo ésta de buen grado con un vaivén de la mano. -Demasiados vaivenes en esta historia-pensé.
En primer lugar hablé con la tostadora:
-Y dígame, ¿dónde se hallaba entre las 23:00 y las 24:00 horas de la fatídica noche?-.
to be continued...
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